Desencanto

Posted Thursday, June 20, 2013 by MoonLunita


Buenas madrugadas...

 No sé ni cómo comenzar: si con una sonrisa o con un gesto de tristeza. Podría no valer la pena, podría ser que debería no importarme mas sin embargo, como se trata de mis sentimientos los que están envueltos en el embrollo de mi inquietud, siempre es considerable expresar la insensatez de mi corazón.

Esa cualidad mía de meterme en mente y corazón a personas incorrectas me ha estado costando demasiadas sensaciones de ansiedad, la causa de la mayoría de mis decepciones y de que se alteren mis nervios hasta más no poder. El día de ayer tuve un desgaste emocional como nunca lo había experimentado; mi órgano vital nunca había padecido de tantos revuelcos, mis energías flaqueaban con tal ímpetu por los nervios que me invadian. Con tanta razón al observar mi querida amiga P al decirme que cómo era posible que alguien de tal edad pudiera ocasionar esto en mí, que muy de acuerdo estoy pero que no me importaba, o quizás me sigue sin importar.

¿Qué pasaba por tu cabeza al decirte lo que te dije? ¿Será de verdad posible que ni una mínima idea tuvieras de lo que te estaba tratando de decir? Te confundiste, dijiste... ¿Te confundí? O quizás es algo que no querías o quieres aceptar, me hiciste sufrir tratando de confesar. No es fácil. Sé que de alguna manera tú no lo sabes con entereza, con la edad con la cuentas es difícil tratar de lograr llegar al punto al que yo intenté hacerte ver. O tal vez es que querías a fuerza verlo de mis propias palabras... No lo hice, y tu reacción, al parecer, me hizo creer que te decepcionaste de no haber concluído con mi gran confesión. Desde el día de ayer, odio el hecho de que seas tan joven y no puedas aún ser capáz de ver con más claridad las circunstancias de este tipo, odio haber cedido a eso único que te hacer ser a ti, odio que no seas libre, odio que me haya sucedido esto pero... ¿de qué me sirve odiar si es una más de las pericias de las que tanto evito y son las que más me siguen, que lo único que me queda es aceptarla.

Te dije que no podía dejar de pensar en ti, ¿¿qué más explicaciones querias?? ¿Querías que te dijera que me encantas? Que me has sacado un montón de sonrisas que me han hecho parecer como una estúpida pero tan bonito que sentía con sólo recordar los pocos y cortos momentos en los que hemos cruzado palabra en persona, que llegaste a ser una de las razones por las que se me iluminaban los días... Pero tenías que ser todavia un capullo.


Necesito descansar... cuando las cosas no suceden a mi manera, a como yo deseo, a como yo quisiera, me irrumpe una enorme frustración que se prolonga por algun tiempo por la causa de que soy terca y caprichuda. Mi temperamento no me permite aceptarlo: me enoja, me desespera y me cierro al mundo del querer. Yo te culpo de mi desilución aunque no tengas nada que ver con mi tropiezo pues soy el ser humano que se está dejando llevar por su malogro que tanto lamenta y que bien sabe culpar aún sabiendo que todo el fallo es de ella misma, mas tampoco es justo castigarme y cargar con todo el peso de ser un alma sensible al afecto de otro ser humano.

Justificaciones siempre se encuentran pero hoy no las tengo; sólo sucedió, así pasó y a ver qué pasa. Lo que  con concerteza sé es que ya no tengo los mismos anhelos hacia ti, fueron tan prontos y tan repentinos que así como llegaron, así se fueron desvaneciendo durante aquellas horas. No por completo, iluso corazón, pero que en ello está.