Estoy en un punto en donde la paciencia se me está agotando, la fé se me está desvanenciendo y las ilusiones están perdiendo su brillo. De esas veces que no importa hacia dónde voltee, todo parece estar sucediendo al contrario; y que aún sabiendo que aunque sea duro y no comprenda, algo de bueno tendrá todo lo que está pasando, esa debilidad que hace tiempo no sentía ya, regresa para darme lecciones a como sólo la vida misma sabe: a chingadazos, de a chingadazo. Y aunado a todo ello, así mismo la salud tambalea.
Las fuerzas se desvanecen.
Gritar al cielo cuańtas veces más son las que deba luchar contra el monstruo de la vida del que creí haber vencido y en los que han regresado esos momentos en los que deseo con todo fervor que las noches fueran mucho más largas, a tal grado que pudiera detenerse el tiempo y como vil vampiro, huir de la claridad del día para no soportar el ruido de la vida tan rutinaria y regular de los seres humanos comunes. La debeilidad aumenta y tener un corazón enamorado no ayuda tanto... Un alma humana que da todo lo que tiene, que expresa todas sus sensibilidades existentes, es tan vulnerable que sufre. Culpable? claro que sí, todo el tiempo, por ser lo que se es, por no ser de una persona común, por tener una manera inusual de ser, por... por ser capaz de creer que se puede vivir con un pie en las nubes y ser capaź de manifestar esa hermosa locura que nunca nadie entiende, obviamente.
Mi cabeza estaba a punto de explotar, si no es que lo hizo y no me di cuenta pues mi organismo decidió escapar por si sólo al mundo de Morfeo alrededor de una hora para recuperar tantitas fuerzas sólo para seguir sufriendo. Ay, qué martir me leí pero tampoco puedo negar que me siento de la chingada y me había desacostumbrado a este tipo de madrazos. Ay, qué pelada me leí... es lo mejor de mi lado mexicano: la bendita peladez.
Desde otras perspectivas, estoy siendo frágil, pesimista, apática y todo lo malo que una no ve cuando se siente de maravilla, que cualquiera no comprende porque lógicamente no lo siente igual, o lo más evidente, del que todo mundo claramente huye. Y me preparo otro té de diferente hierba con la esperanza de que el remolino que siento en mi estómago desaparezca... El piano esperándome por ser acariciado por la nueva y bonita melodía que mis dedos ansían por terminar de aprender, guiados por el corazón, inspirado por ti. No obstante, me permití venir a darme auto terapia con el fin de sacar un poco de calma a los demonios que han logrado dominarme en la mayoría de estos pasados días.
Así de fuerte como he sido y parecido, así de débil puedo llegar a ser... algo extremista quizá, que me cuesta trabajo encontrar balance y constantemente pesa más de un lado. Por favor reloj, no camines más... que sólo el tiempo del agua caliente de mi té sea el único en continuar porque ya me lo quiero tomar.
La vida es simple, vivir es simple, sentirla no... paradojas. Ya extrañaba mi vida nocturna, tanto que ahora me parece demasiado corta.