Aprovechando que la noche de esta noche será más larga que de costumbre, me acerco por el usual abandono de este lugar.
Una vez más el anime ha sido un 50% la razón por la que me atrevo a escribir, y dada la "casualidad" que es por aquél del que me inspiré a darle este nombre a mi blog, uno de los que de alguna manera ha marcado mi vida. De esas historias mágicas e increíbles que ya no hacen actualmente, de las aquéllas bonitas épocas de los mejores animes de buen aprecio.
No sé si sea el cansancio, el estrés, el dolor de pies y piernas, el chocolate caliente de media noche que estoy bebiendo, o será el sereno.
Todo comenzó cuando el más chiquito de los angelitos con cola recordó que les debía esa "noche de anime" que tanto había deseado tener después de habérsela mencionado semanas atrás. Entonces recordé ese peculiar trabajo de animación que tanto adoré en su época. Quienes me conocen quizá recuerden de sobra mi locura hacía el Syaoran y con quién lo relacionaba. Mi manía de cambiarle el color de sus ojos para que según yo se acercara al parecido que supuestamente yo le conectaba. Y ahora me doy cuenta por qué no eran del color correcto.
El color de ojos de mi Syaoran siempre debieron ser así, mi Syaoran es exctamente así... con sólo un pequeño gran cambio pero en general, especialmente la personalidad. Los que me sigan conociendo, sabrán entonces quién de verdad ha sido y es mi SyaOran X) hehehehe.
Bendita locura mía.
Más real... Mi Syaoran estaba más cerca de lo que pensaba, no allá cruzando el charco; amor es amor... y si en mi loca vida el universo me estaba dando pistas con mis loqueras, gustos, manías y demás, tendrá una razón.
"Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo." - Julio Cortázar
El estado de felicidad inalcanzable, según en el País de las Maravillas... A mí me agrada bastante.