Me sorprendió la temprana noche de hoy con un momento tan especialmente inusual. Sin ninguna razón en específico, el frío lo insitó.
Y allí estábamos; no era ningún lugar representativo, sólo fuera de su auto, en el estacionamiento del lugar de mi domicilio actual, con los arbustos de testigos, tuvimo los minutos más casuales: coversaciones comunes, un cierto comentario que llamó su atención y que me entusiasmó tanto pues se trataba de un pedazo de mi mundo, poder compartirle y contarle sobre uno de los temas de lo que me hacen ser y que muero por que conozca aún más, hicieron que mis palabras se acaloraran y se expresaran con tal fluidez, envolviéndola en un lindo interés que aumentó el tono de color del momento para mí. Mi vergüenza al hacer aquéllo de expirar humo del "tubito blanco de papel" por primera vez con ella, deltante de ella; tomando el primer café sabor "gingerbread" de la temporada de este año con ella, su habitual distracción, observarla expirar el humito por primera vez fue un nuevo deleite, una extraña sensación también... tan simples y comunes situaciones que para mí fueron de aquéllas y tantas de las que quedarán en mi memoria grabadas cual video cámara. Sonrisas, más pláticas al azar... y así terminó primero, después yo, deseando una vez más que el tiempo se detuviese, que el fuego no los consumiera tan rápido, que los vasos fueran más grandes, qué sé yo... que pudiera durar un poco más.
Deliciosos besos con sabor cafeyhojassecas que me supieron a gloria (en realidad cualquier sabor que venga de sus labios saben siempre a gloria) y mi habitual ritmo cardiáco acelerado al sentir su aroma y su ser tan dentro de mí.
Apenas 547 días y seguimos experimentando instantes nuevos y bellos dentro de lo que pareciera rutinario... y crees todavía que me cansaré... si cada día continuamente comienza nuestro amor, mi amor.
